Fue un día realmente guay, divertido, cansado, muchos adjetivos para definirlo. A parte de los problemas que siempre ocurren, tipo, me pierdo, sí, estoy perdida, no, vale, sí. O, quiero ir a los campos del Moro. Cojamos el metro. Vale, línea 2. Qué significa la línea discontinua? No sé, avancemos. El billete sale por una especie de abertura de máquina de bebidas. Pasamos. ¿Línea 2? Cerrada por obras. Hola, qué tal. Bajamos escaleras mecánicas. Subimos escaleras mecánicas. Hazme una foto con Bojan. ¿Dónde? En el cartel. Bajamos escaleras mecánicas. Guay, todo el mundo mira. ¿Conclusión? Caminar tonifica los músculos. Sí, amigos, caminamos mucho, hasta que las piernas agradecieron ese viajecito en tren de vuelta a nuestro pobleto. Y digo, yo, qué necesidad había de coger el tren, si en quince días me voy a Canadá, me podía haber quedado allí. Fuimos a la casa de Lope de Vega, al museo del Prado, y a dar vueltas por el centro. Lástima que no fuimos más días. Las compras la verdad que muy mal, después de dos meses de rebajas nuestro presupuesto era más bien bajo. Pero me apoderé de dos pintauñas de H&M, uno marrón y otro rosa palo. Bye.
2 comentarios:
Me gusta el cambio del blog. Ya estamos en la misma monotonía...
oph madrid, que grande.
bonito blog.
un bsito:)
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